Deliciosa crema que conforma un sanísimo primer plato.
Esta receta es un clásico en mi cocina. Prácticamente cada semana se come en casa. Claro que no siempre igual. A veces no hay zanahoria; o con más o menos patata; o sin cebolla… dependiendo de lo que queda en el frigorífico. Aunque la base sigue siendo la misma, admite todas las variaciones que se os ocurran.
Mejor usar caldo de pollo natural, pero como en esta ocasión no tenía, he recurrido a las tan socorridas pastillas de caldo, que de tantos apuros nos sacan.
Doy ingredientes para tres personas.
Ingredientes:
– Un calabacín grande.
– Una patata grande.
– Media cebolla grande.
– Una zanahoria.
– Medio litro de agua.
– Una pastilla de concentrado de caldo de pollo.
– Pimienta blanca y sal.
– Vino blanco.
Procedimiento:
Lavar el calabacín, la patata y la zanahoria. Pelar estos dos últimos junto a la cebolla. Trocear todo bastamente, pues al final trituraremos el conjunto.
Echar todos los trozos en una olla, a fuego medio, con un chorrito de aceite, una pizca de sal y algo de pimienta blanca. Remover frecuentemente para que no se pegue al fondo. Dejar pochar unos 10 minutos. Añadir un chorrito de vino blanco al gusto, y cocinar otros cuatro o cinco minutos. Cubrir de agua y añadir la pastilla de caldo.
Tapar y dejar cocer 35 minutos.
Dejar enfriar un poco y triturar muy bien.
Servir decorando con perejil picado.